Anduvimos horas en la furgoneta por el desierto. Por un momento pensé que estábamos perdidos, pero Jared se estacionó en una especie de cueva y nos subimos a un Jeep. Me sorprendió que dejaran la furgoneta con la comida allí.
-¿Y la comida?- Pregunté como un susurro.
-Luego otros vendrán a buscarla- Me respondió Melanie la cual estaba más cerca de mí.
Me subí a la parte de atrás del Jeep, con Melanie al costado y Jared al costado de esta. Ian estaba conduciendo y Wanda de acompañante.
-Cuida tu conducción, Ian- le pidió Jared-. Tenemos invitados- y luego sonrió y me señaló con la cabeza, yo me sonrojé.
Llegamos a una especie de cueva, pero su interior era totalmente oscuro, negro como el carbón. Rogué que no pararan hay, pero, para mi mala suerte, si lo hicieron. Ian estacionó el Jeep en la oscuridad de esa cueva.
-Llegamos- Anunció Ian con una sonrisa, y todos sonrieron, menos yo, claro.
-Entremos por sorpresa- sugirió Melanie. Todos asintieron-. Jared… podrías- y me señalo. El se rió y se acercó a mí. En menos de un latido ya estaba sobre su espalda colgando-. ¡Vamos!
Nos metimos en la oscuridad de la cueva y comenzaron a correr.
Cada pocos metros había un rayo de luz que nos iluminaba. Alcancé a ver a Wanda en brazos de Ian, me tensé pensado que estaba herida, pero me despreocupe al ver una sonrisa en su cara.
Ya había pasado menos de media hora desde que empezamos a adentrarnos en la oscuridad de esa cueva… y todavía no llegábamos.
Mientras avanzábamos en la oscuridad un murmullo de voces comenzó a sonar a lo lejos. Un poco de luz nos iluminó de nuevo, pero, esta vez, todos estaban sonriendo.
Melanie aceleró su carrera y Jared comenzó a correr junto a ella. Talvez se olvido que yo colgaba de el, porque ni siquiera me sostenía. No me sorprendería si su rostro se ponía morado de tanto que estaba apretando su cuello para no caerme.
Una luz brillante comenzó a notarse a lo lejos, y el murmullo de voces se escuchó mas cerca. Nos acercamos más y más a esa brillante luz. Melanie y Jared seguían corriendo por la emoción. Ian y Wanda estaban muchos pasos atrás, ya que Ian solo trotaba, no corría.
Cuando volví a ver adelante la luz me cegó. Jared y Melanie descendieron su paso, y siguieron caminando sin importarles la brillante luz.
Cuando mis ojos se acostumbraron pude ver toda la gente. Todos sonriendo en nuestra dirección. Jared me sacudió de enzima. Apenas mis pies tocaron el suelo me oculté detrás de Jared.
-¿Qué pasa, Sarah?- Me preguntó dándose vuelta-, No tienes que tenerles miedo, son humanos, como tu.
Jared me agarro de la cadera al ver que sus palabras no me hacían efecto y me coloco delante de él. Todos se quedaron helados al verme.
-Tranquilos, es humana- Aclaró Melanie a la multitud.
-Brandt, Kyle- Llamó Jared, dos hombres grandotes se incorporaron entre la multitud-. Vallan a buscar los alimentos.- Los hombres asintieron y se alejaron en la oscuridad de la cueva.
Ian y Wanda aparecieron luego de un rato y la multitud suspiro de alivio al verlos a todos a salvo. Todos comenzaron a acercarse para saludar a los recién llegados. Jared se alejo de mí al cabo de unos segundos y yo quede sola en la multitud. Me aleje para no interrumpirlos.
Mis ojos vagabundearon por toda la sala. Era una especie de cueva bajo tierra. Con un techo increíblemente alto. Había hoyos en la pared que le daban un toque extraño a la cueva. Había unas sillas y mesas echas a mano, por lo visto. Luego mire los rostros felices de la gente que vivía aquí. Mi mirada se paro varias veces para mirar bien a un anciano cuyo nombre no sabia, tenia una barba larga y unas cejas gruesas que le tapaban los ojos. Luego me detuve para ver a una mujer cuyo pelo colorado me llamó la atención, estaba con una anciana junto a ella y hablaban en susurros mientras miraban la multitud. Después mi mirada se encontró con la de un muchacho, bastante joven. Tenia el cabello negro un tanto largo y su rostro me causo un extraño placer. Me miraba sin mostrar sorpresa de que yo también lo mirara. Desvié mis ojos avergonzada, y este izo lo mismo.
Wanda se sentó a mi lado, no necesité mirarla para comprobar que era ella, su cabeza me llegaba por el hombro. Ella aguardó silencio, talvez esperando que yo formulara alguna pregunta. Y si, tenía millones de preguntas… Pero no me animaba a confesar ninguna.
-¿Quién es el chico?- Ella sonrió al escucharme hablar, aunque fuera un susurro. Luego miró a la dirección donde yo miraba.
-Ese es Jamie, el hermano de Melanie- Me respondió también con un susurro.
Mientras lo observaba una chica, más o menos de su misma estatura, se sentó junto a él y coloco su cabeza en su hombro. Una especie de celos me invadió.
-¿Y la chica que esta junto a él?
-La verdad es que no la conozco…- Confesó-. Talvez la conoció mientras estábamos afuera. Parecen algo más que amigos ¿No?- Sonrió.
Yo asentí sin comprender por que tenía celos. Ni siquiera lo conozco y el ni siquiera me conoce. No había razón alguna para mis inexplicables celos.
El anciano barbudo se acerco a mí. Bajo esa espesa barba se veía una sonrisa en su rostro.
-Hola - Me saludo extendiendo su mano-. Me llamo Jeb.
-Sarah- Me presenté estrechando su mano con la mía.
1 comentario:
De que libro es este capitulo?
Publicar un comentario